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micolumna

Las agencias de rating

Las agencias de rating

 

Si determinados países como EEUU, Reino Unido, Francia, Italia o Suecia, tienen un volumen de deuda respecto de su PIB superior a la de España, ¿por qué estamos los españoles en la picota de las agencias de calificación? Porque lo que se analiza no es el volumen de deuda, sino la posibilidad de que haya un impago por la difícil recuperación. Pero, ¿no es este análisis demasiado complejo para traducirlo en términos de rating? Se analiza la deuda nación, el déficit comercial, el nivel de desempleo, etc. Pero no cuadra por qué Italia es un PIIG y no el Reino Unido, tan endeudado como la primera, una balanza comercial deficitaria (la balanza comercial italiana produce superávit) y con mucha menos capacidad industrial y exportadora, además de una inflación peligrosa.

 ¿No será que los análisis de estas agencias son arbitrarios, cuando no directamente racistas? ¿ no será que no se puede tocar a aquellos que te conocen demasiado? ¿no será que buscan producir efectos concretos en el mercado? ¿no será que el que lanza el bulo busca subidas y bajadas para sacar tajada en el momento justo? De todos modos aparecerá la cruda realidad de pronto, que nuevamente las gloriosas agencias no preveerán. Nos desayunaremos con dos golpetazos.

 El primer trauma será la caída de un país blanco, rubio, protestante y de ojos azules (Irlanda, aunque pelirroja y de ojos azules, es católica). Vamos, de los de la gente noble y honrada que nunca especula, no como las indolentes cigarras mediterráneas. Un dato: los países anglosajones han visto reducida su capacidad industrial de manera sistemática en los últimos decenios, perdiendo capacidad exportadora y desequilibrando su balanza comercial. Vamos, consumiendo más de lo que producen (como España en los años de la burbuja). El golpetazo llegará no por el lado del déficit público, sino por el lado del estancamiento económico.

 El segundo sobresalto vendrá de las propias agencias, cuando tocando las narices a alguno que sepa mucho de sus miserias, les saque toda la porquería a la luz. Posibilidades: una investigación policial sobre tráfico de información privilegiada, sobornos, desviaciones fraudulentas de fondos, fraudes fiscales o cualquier escándalo lo suficientemente gordo que las deje desacreditadas ante la opinión pública, cuando no al borde de la disolución. Mira que chulesca era nuestra SGAE hasta antes de ayer. Seguramente que los servicios de inteligencia de algunos países se están currando dossieres de más de uno para tenerlos a mano para el momento justo.

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