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micolumna

Pequeños feos detalles

Pequeños feos detalles

Son detalles feos y que tienen algún significado: 

- El transporte público va repleto y una mujer claramente embarazada se queda de pie. Algunos viajeros sentados la miran de soslayo, pero ninguno le cede el asiento. 

- Voy con un carrito llevando a mi hija de año y medio. Me paro en el paso de cebra. Ningún coche se detiene, aunque todos me ven.

 - Llegamos a casa. Unos niños juegan en las escaleras de la entrada. Les decimos, hola qué tal. Ninguno contesta.

 Son pequeños feos detalles, que no son muestra de mala educación. Si sólo fuese eso, como sonarse los mocos en público o comer con las manos, no sería tan grave. Es mucho peor que todo eso. Es una sociedad que se descompone.

1 comentario

Fernando Torrico -

En mi opinión existe un poco de todo; mala educación, egoísmo, desprecio, odio e ignorancia, entre otros. Suelen ser personas inmaduras, generalmente hombres (y lo digo muy a mi pesar) que no conocen o no quieren conocer las normás básicas de comportamiento social. Añadiendo a todo esto drogas o
alcohol obtenemos la mezcla perfecta para fabricar al típico violento de turno.
¿Qué podemos hacer con los que escupen en las calles delante de tí, los que llevan al perro suelto y éste hace sus necesidades donde quiere o donde puede,
o el que va en coche con la música a todo volumen a la una de la madrugada, las motos a escape libre, los coches a más de ochenta en una vía urbana, los que tocan el claxon para saludar, los que aparcan en pasos de cebra o de minusválidos, los de las bicis (y motos) por las aceras, los que tiran colillas u otros objetos por las ventanillas, los que apuntan con el láser, los grafiteros, los que se te pegan detrás conduciendo?. Estoy seguro de que estos individuos no se comportan así si ven un coche de policía cerca, ¿por qué? Está claro que saben que están haciendo algo malo y aun así lo hacen. Conducta violenta, mucha testosterona, cine, internet...
En fin, yo como padre me voy atando los machos para prepararme ante la lucha.
Un saludo
Fernando