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micolumna

La descomposición de Europa

La descomposición de Europa

EUROPA EN DESCOMPOSICIÓN

 

Por desgracia, asistimos a la regresión de Europa. Esa Comunidad Económica Europea en la que españoles y portugueses ingresamos de la mano, con gran ilusión, retrocede irremediablemente. Tal vez el pesimismo sea un rasgo de mi carácter, pero me temo que se observan algunas tendencias históricas que antes no estaban tan presentes y algunas parecen interconectadas entre sí.

 1º) Una vuelta al nacionalismo. Sí, todo el mundo ama a su país o a su región o a lo que se desee, pero ahora todo el mundo pone sus intereses nacionales incluso por encima no de los intereses europeos, sino por encima de la legalidad europea.

 2º) Ausencia de un sentimiento europeo. Uno de los más graves errores de la Unión Europea es considerar que la vía de la conveniencia puede sustituir a la vía de los sentimientos. Los matrimonios de conveniencia son los primeros en saltar en pedazos cuando surgen los problemas. Para estar a las malas hay que amar, querer, sentir algo. En cuanto ha llegado la crisis, todos a correr a sus respectivas madrigueras. Sin sentimiento los EEUU no se hubieran construido.

 3º) Grave y crónico déficit democrático. Este déficit es el único que no inquieta a las instituciones comunitarias. Desde estas instancias se adoptan decisiones que afectan a los países y que nadie fiscaliza. Si un tipo puede decretar desde un despacho de Bruselas la política económica de mi país, ¿por qué no puedo “premiarle” en las próximas elecciones?

 4º) Fuertes desequilibrios sociales. La llegada de la crisis de la deuda pone fin al Estado de Bienestar de los países periféricos, no percibidos como propios por los demás socios. Como no hay sentimiento de Europa, no hay impresión de pertenencia ni propia ni ajena.  Este desequilibrio social llevará a un mayor nacionalismo y a la aparición de nuevos líderes populistas, con crecimiento de la violencia social.

 5º) Falta de sentido de la responsabilidad. Los países periféricos han percibido históricamente a Europa como un maná de donde ordeñar interesantes fondos estructurales, olvidándose de que todo el mundo está obligado a tirar del carro y a comportarse con sobriedad.

 6º) Falta de liderazgo, falta de liderazgo, falta de liderazgo. Líderes mezquinos o incompetentes dan lugar a políticas mezquinas o incompetentes.

 En estos tiempos de crisis se han escuchado muchas cosas que harían vomitar a Jean Monnet o a Konrad Adenauer. Que si salirse del euro para devaluar. Si salirse del euro para restaurar el marco. Que si una Europa de países nórdicos y germánicos y otra de países latinos (lo ha dicho el Presidente de la Cámara de Industria de Alemania y suena mucho a lo que escribía otro señor en “su lucha”).

 Vivimos tiempos de descomposición en Europa. Esperemos que el moribundo se vaya lo más lentamente antes de que lleguen los zombies de la próxima guerra entre naciones. Es lo que había antes de esta Europa.

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