Blogia
micolumna

El aumento de la edad de jubilación

El aumento de la edad de jubilación

El aumento de la edad de jubilación es una medida económicamente ineficiente, tanto a nivel micro como a nivel macro. Es una medida socialmente injusta. Es una medida políticamente erosionadora del sistema democrático. Es una medida conflictiva desde el punto de vista de la paz social.

 Es una medida económicamente ineficiente a nivel micro porque aunque aumenta la esperanza de vida, no se disminuye el deterioro que supone la vejez en forma de declive físico, aumento de las enfermedades óseas y musculares e, incluso psíquico-cognitivas. Dicho de otro modo, vivimos más, pero no con menos achaques. Un trabajador de la industria a los 65 años no está en condiciones de desarrollar tareas de exigencia física con eficacia, ergo no vale para la industria. Entre los 65 y 67 estará más tiempo de baja que trabajando. Un trabajador del sector servicios español típico, es decir, de turismo y hostelería, a los 65 años no está para atender terrazas y recoger mesas, que es lo que hace el sector servicios español. En el sector bancario, seguros, consultoría, etc el propio sistema lo habrá expulsado del mercado laboral muuuucho antes, entre los 50 y los 55 años. En los 17 años que le queden para jubilarse se dedicará probablemente a trabajar en la economía sumergida o en sus proximidades. Sólo queda la Administración Pública, en donde generalmente la burocracia no es demasiado exigente, salvo en los puestos de atención al público. En la Administración podría mantenerse este esquema, aunque tampoco parece interesante desde un punto de vista de cambio cultural. En definitiva el retraso en la edad de jubilación es malo para la productividad y hace al país MENOS COMPETITIVO de lo que ya es.

 Es ineficiente a nivel macro porque dificulta el acceso al mercado laboral de los jóvenes, a los que se les bloquea aún más la entrada. No permite poner el foco de la economía en los grupos sociales más dinámicos y emprendedores, aunque los ancianos tengan un importante papel social en cuanto a la expresión de su experiencia. Pero el retraso en la edad de jubilación no supone automáticamente que ese presunto rol se vaya a fortalecer. El retraso en la edad de jubilación FORTALECE EL DESEMPLEO estructural.

 El aumento en la edad de jubilación es BRUTALMENTE INJUSTO para generaciones enteras de españoles que entraron en el mercado laboral a los 14 años, llevando más de cincuenta años cotizando.

 Es una medida erosionadora del sistema democrático, porque se adopta al margen de los programas electorales y de espaldas a los votantes, para complacer otros intereses y fortalecer imágenes de dureza que gustan a los denominados “mercados”. Al margen de analizar la posible base jurídica de una querella por estafa contra algunos políticos con nombres y apellidos, por vulnerar lo dispuesto en sus programas electorales, algo que no sería tan descabellado…se produce la dinámica de una pérdida de legitimidad democrática clarísima. Tú me votas, yo hago lo que quiero. Tú protestas, yo hago lo que quiero. Tú me votas, yo no gobierno para ti. Estamos ante un nuevo esquema de democracia entendida como TIRANÍA ELECTIVA cada cuatro años. Un nuevo esquema de despotismo ilustrado al revés que podríamos denominar “todo contra el pueblo, pero con el pueblo”. El origen del poder es popular pero el objeto de su ejercicio es contra el pueblo. Exactamente al contrario que el despotismo ilustrado del siglo XVIII.

 Es una grave quiebra de la paz social, que en el mejor de los casos llevará a un mayor individualismo y a un sálvese quien pueda. En el peor de los casos puede suponer la quiebra de la clase media y la polarización social, con el ascenso de fórmulas anti-sistema y finalmente el inevitable conflicto, en una lamentable e irresponsable reedición de los años treinta del siglo pasado.

 Ante el problema de las pensiones, la solución más justa y sostenible es tomar todo el período de cotización para el cómputo. Tanto has cotizado, tanto cobras. Otra posibilidad es reducir las pensiones más altas. El sistema público no tiene por qué financiar retiros de lujo. Se trata más bien de un sistema estándar de pensiones. Quien tenga buenas posibilidades económicas puede complementar el sistema público con el sistema privado. Incluso la solución planteada por la ultra izquierda de sostener las pensiones vía impuestos, aunque económicamente no es muy acertada, sí lo es al menos en cuanto a equidad, bastante mejor que la solución planteada por los nefastos y anti-democráticos gobiernos de la zona euro.

0 comentarios