Las graves consecuencias políticas de la crisis
La mayor parte de los Estados europeos adoptan medidas de recorte económico muy duras, que afectarán a buena parte de la población. Estas decisiones, que pretenden contentar a los mercados, se dicen valientes. Y sí, son muy valientes, porque mucho me temo que dentro de dos años no quede ni uno solo de estos valientes gobiernos. Básicamente porque los Estados europeos suelen acudir a las urnas y llevar a cabo una intensa vida parlamentaria. El problema es que algunos líderes se creen que en sus Estados nacionales rigen las normas ademocráticas de las instituciones europeas. Y sí, se van a llevar un buen palo. Y sí, que hay que ser responsables, que hay que obrar en consecuencia, etc. Pero cuando sus partidos comiencen a perder regiones, ayuntamientos y presencia en muchas instituciones, a ver qué le dicen a sus militantes.
Están gobernando para los mercados, pero quienes les han puesto ahí son sus ciudadanos. Históricamente, a finales del XIX y principios del XX algunas democracias liberales eran gobernadas por las oligarquías financieras. Hoy se someten al dictado de unos "mercados" que vuelven locas a las bolsas. Pero siempre que la democracia ha dado la espalda a su base social ha acabado perdiendo. Pensemos en los años 30 del siglo XX. Hoy vivimos nuevamente tiempos revueltos en los que viejos pescadores con rostro nuevo como el neofascismo o el neocomunismo, aquellos que tengan un discurso fuerte, que desprecien a los mercados y digan no gobernar para el FMI se llevarán el gato al agua. Volverán tiempos de nacionalismos, de reacciones desmedidas. Es importante que las democracias no pierdan su base social y sean valientes, que equilibren sus cuentas sin poner en peligro a sus sociedades y regulen a los mercados. Que sí, al final los mercados volverán al redil, porque los Estados necesitan a los mercados, pero la dependencia es mutua. Si no pueden operar, no hay ganancia. Si los Estados democráticos no son todo lo beneficiosos para ellos, peor serían otras soluciones, ya no tan descabelladas.
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anonimo -